Las tareas del hogar pueden llegar a ser tediosas y, además de consumir nuestro tiempo y esfuerzo, también conllevan un coste de agua, luz y gas cada vez más elevado. Por razones de sostenibilidad y eficiencia económica conviene replantearse un cambio de hábitos en el que cada pequeño gesto suma céntimos de ahorro y reduce el impacto negativo que nuestro día a día tiene para el medioambiente.
La cocina es uno de los focos a los que mayor atención se debe prestar. Cocinar bajo criterios sostenibles es fácil, ayuda a mejorar la salud con una dieta más saludable, y reduce el tiempo y energía empleados, lo que se puede conseguir con técnicas tan simples como utilizar las cacerolas y sartenes con el mismo diámetro que el fuego, taparlas correctamente para no perder el calor, aprovechar la cocción que proporcionan las ollas a presión y el calor residual de hornos y fogones. Para cocinar en el horno es preferible emplear recipientes de vidrio o cerámica porque son más rápidos que los de metal y, en la medida de lo posible, hay que evitar el horno para preparar raciones pequeñas de comida.
Reducir el consumo de energía también se consigue al limitar el tiempo empleado en cocinar por lo que descongelar previamente los alimentos de forma adecuada también va facilitar que podamos cumplir este objetivo.
Aprovechar bien los recursos es una de las claves del consumo responsable y también se puede trasladar a los fogones. Llenar la cesta de la compra con productos locales y de temporada, así como aprender unas cuantas recetas de aprovechamiento y practicar el Batch cooking cocinando en un sólo día para toda la semana será algo que nos agradecerá nuestro bolsillo y, más importante aún, nuestra salud.
Después de cocinar toca lavar los platos, una tarea inevitable aunque con muchos menos amantes que el arte culinario. El lavavajillas es más eficiente que el tradicional de fregar a mano, pero hay que seguir algunas pautas para optimizar esa ventaja. La clave del menos es más funciona igual de bien para lavar los platos que para hacer la colada: a menos carga, más energía se desperdicia; a menos temperatura, más podremos ahorrar en luz puesto que el 60 % de electricidad es para calentar el agua; a menos tiempo, más se reduce también el consumo de energía por lo que es aconsejable usar los ciclos de lavado Eco que son mucho más cortos y si los utensilios o ropa a lavar tienen alguna mancha extra se pueden frotar previamente para que queden totalmente limpios.
Si hay que renovar electrodomésticos se debe elegir un modelo que tenga la máxima categoría posible en la nueva etiqueta de eficiencia energética que identifica los aparatos más eficientes con el color verde y letra A, anteriormente A+++, y los que más consumen tienen la etiqueta roja con la letra G. Además, los lavavajillas y lavadoras más modernas incluyen programas y funciones, como el de enjuague y retención, que ayudan a optimizar el uso de agua y ahorrar luz.
Cuando hemos acabado todas las tareas es hora de relajarse, pero ojo también con este momento porque una parte de la factura de luz más importante de lo que se piensa se debe al consumo de equipos y aparatos destinados al entrenamiento en el hogar. Para minimizar el gasto a largo plazo conviene evitar el consumo “fantasma”, apagando completamente los equipos en lugar de dejarlos en estado de reposo o stand by.
El consumo responsable cada vez suma más adeptos y no exclusivamente por razones de ahorro doméstico. Para ser un verdadero consumidor responsable es necesario también estar siempre bien informado. Por ello, se deben comparar las distintas tarifas que ofertan las compañías de energía y los servicios que incluyen ya que el precio más bajo no equivale a la oferta que mejor se adapte a los hábitos y necesidades de cada hogar. Las tarifas eléctricas en el mercado libre pueden incluir servicios adicionales como asistencia técnica, tarjetas de descuento o seguros que pueden encarecer la factura o hacerla más atractiva por lo que es recomendable tener claro lo que está incluido en cada caso y si nos interesa para ahorrar energía en casa.